Asignatura pendiente
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Asignatura pendiente es una contribución de Tomás Quintero, estudiante de periodismo, Universidad Mayor, quien ahora está haciendo su práctica en Fundación Gente de la Calle. Son sus reflexiones luego de conocer el trabajo de la Fundación, en el marco del Proyecto Mausoleo Memorial Dignidad para Personas en Situación de Calle.

El amanecer nos envuelve en un cotidiano ir y venir, los gatos siguen junto al fogón y el chirrido del aceite hirviendo anunciando sopaipillas por desayunar.
La calle no se extravía en los nirvanas estéticos enredados a los modernos tiempos, el calendario avanza a pasos agigantados y se ha llevado a tantas caras que aún siguen sin hogar. Ni la muerte los pudo igualar, ni la vida después de la muerte.
Las biografías transitadas al filo de la ciudad han ido repletando el vacío de la memoria nacional, la selecta memoria nacional. Son sus nombres, sus historias, sus rostros los que han quedado colgando en la periferia de la dulce patria.
Gente de la calle de sol y sombra, frio y luna. Gente que ha quedado esparcida en el ayer, cuyas memorias pasas de boca en boca por los recovecos citadinos donde alguna vez sus huellas hicieron camino.
Sin embargo, en el hoy, en el aquí, en el mismísimo instante… los sol y sombra, las luna y frio nos tocan la espalda diciendo “hay una asignatura pendiente”. Es la historia, la selecta historia escrita a dedo que impúdicamente declama quienes son historia y quienes no. La historia sigue olvidando a sus olvidados.
Uno de los enemigos de la historia es el silencio, el silencio es una acción que conlleva a la desaparición extendiendo la ausencia, el aquí no existió. A través del silencio se va construyendo e instalando una imagen país.
Porfiadamente el proyecto Mausoleo Memorial Dignidad, persigue el vuelo de rostros ausentes para así honrar sus semillas e hilvanar los agujeros de una historia país descosida o cosida a medias. Mausoleo Memorial Dignidad es un camino que transforma la esperanza en acción y otorgar un espacio físico y simbólico para conmemorar aquellas huellas que se fueron a volar.
La mercantilización de la muerte ha hecho que la estadía póstuma se disperse según valor económico. La necrópolis es una geografía de clases sociales y así lo refleja la disímil y vacilante arquitectura de los patios del Cementerio General. A 200 años de la inauguración del Cementerio General, se puede decir que alberga a todos (o casi todos): Presidentes de la república, sindicatos, disidentes, artistas, poetas, asesinos, ejecutados políticos o viejos cracks del balón. Y en esa galaxia de multiplicidades de seres faltaba un espacio para recordar a los olvidados de siempre.
Mausoleo Dignidad asume a aquellos fragmentos de historias olvidadas, contextualizando, dignificando y reconstruyendo el pasado al transformar cimientos de espacio público en una política memorial. Son 372 personas las que serán resguardadas en el Mausoleo que colinda con calle Lafayette.
Desafiar el silencio y el olvido para decir que la memoria es un derecho también en la muerte.
Será caprichosa la vida, que quiso que el peregrinar continuara zigzaguenado los bordes periféricos de la ciudad de las tumbas. Allá están los del techo negro, lo que sin casa hoy en Mausoleo dignidad una vela los va acompañar.