Día Internacional de la Mujer: Las tareas pendientes del futuro.
Transcurridos 101 años desde la primera celebración del «Día Internacional de la Mujer Trabajadora» (19 de Marzo de 1911), en el que se levantaron como principales aspiraciones el derecho a voto y a ser elegidas en cargos públicos, el derecho al trabajo digno, a la formación profesional y a la no discriminación laboral; han sido importantes los avances en estas materias.
No obstante las tareas pendientes son innegables y urgentes.
Es significativo que para este año Naciones Unidas hay definido como lema «HABILITAR A LA MUJER CAMPESINA – ACABAR CON EL HAMBRE Y LA POBREZA». Al respecto a señalado el Secretario General de NU, Ban Ki-moon, que ello será posible «Invirtiendo en las mujeres rurales; eliminando la discriminación de que son objeto en la legislación y en la práctica; asegurando que las políticas respondan a sus necesidades; brindándoles acceso en pie de igualdad a los recursos y proporcionándoles una función que desempeñar en la adopción de decisiones»[i]
Ciertamente, discriminación, escasa participación y pobreza no son solo una situación experimentada por la mujer rural. La urbanización de la pobreza es una tendencia clara y con un alto impacto en la cohesión social y en el desarrollo de los países. La situación de la mujer es altamente vulnerable a este respecto: baja escolaridad, desigualdad en los salarios, planes de salud excluyentes, violencia de género -entre otros indicadores- obstaculizan su real inserción en las esferas de lo político y de lo económico.
Particularmente crítica es la realidad de las mujeres en situación de calle. En Chile, el catastro 2005 de Personas en Situación de Calle mostró que un 15% de estas eran mujeres. Los resultados preliminares del Catastro realizado en 2011 mostraron un incremento al 17,7% (MIDEPLAN 2011). Similar es la situación en España[ii].
En este segmento de la población la escases y empobrecimiento del capital humano y social, los problemas de salud mental y una mayor vulnerabilidad frente a condiciones ambientales adversas (crisis económica, desastres naturales, enfermedades; etc.) complejizan su plena (re)inserción y desarrollo.
Este es un problema que debe ser abordado con una perspectiva de futuro, sustentada en la responsabilidad política de los Estados de propender al bien común y de velar por el pleno desarrollo de todos sus miembros, para los que se han de garantizar un conjunto de derechos políticos, sociales, económicos y culturaesl, que, ciertamente, han ido siendo progresivamente integrados en los ordenamiento jurídicos de los países que conforman la comunidad internacional.
Chile no puede quedar al margen de estas tareas. La superación de la extrema pobreza, la construcción de un país solidario y de oportunidades; son las grandes utopías para el siglo XXI. En ellas el rol de las mujeres y de las organizaciones de la sociedad civil es estratégico, poniendo temas, promoviendo la participación ciudadana, generando iniciativas creativas y distribuyendo información y recursos.
Sólo entonces, el día 8 de Marzo y el sacrificio de las 140 mujeres que fallecieron en Nueva York y el que cada día llevan a cabo millones de mujeres para dotar de una buena vida a sus familias en el mundo entero, habrán cobrado sentido y serán las puertas al mundo del porvenir.